Diciembre (Interludio, Pt.I)

Es diciembre, es puto diciembre. 

Llueve, truena un poco, vuelve a llover un poco más. De vez en cuando sale el sol, ilumina todo con esa luz angulada de invierno, aquella que bambolea todo ante tus ojos, que promete una claridad astuta, aguda, nítida, pero que se disuelve inmediatamente ante aquel penetrante congelar de los huesos. 

Emilia va a casa, no entiende qué puede ser tan importante como para hacerla perder aquel ímpetu que ha acumulado desde el final del verano. ¿Qué reunión podría ser más urgente que sus crecientes ganas de suspirar? ¿Qué novena más imprescindible que su repentino helar del abdomen al recordar una mano que toca su espalda? ¿Qué villancico más celestial que aquellos movimientos que, habiendo durado segundos, se vuelven eternos a través de su retumbar en la memoria? 

Las caras del vagón de tren parecen algo desfiguradas. Su compañero de silla no muestra emoción alguna—con sus brazos sobre el regazo, mira el paisaje sin querer cambiar nada. No hay dudas en su expresión, no hay incertidumbre, no hay ese revolver de las entrañas que hace a Emilia querer gritar, contemplar, gruñir, estremecer. Emilia se pregunta si algún día será así de impasible. Se pregunta, también, qué tanto lo querría, qué tanto lo cambiaría por su lujosa conmoción. 

Sigue el ejemplo de su compañero y mira el paisaje. Se pierde en recuerdos de otros días, en los que la humedad del suelo alcanzaba cada centímetro de su cuerpo descalzo. Sus movimientos se desplegaban en una fluidez marcada, en una densa, pero abundante, y hasta fresca, lentitud. 

Su mente vuelve a diciembre—al tren marcado por rutinas comúnmente repudiadas, pero inquebrantablemente interrumpidas por un estupor frío y festivo. 

Las pequeñas casas y aldeas que el tren abandona en su camino la hacen imaginar una niñez de flores, árboles y chasquidos de herraduras contra el pavimento. Las gotas de lluvia en su nariz, los estornudos causados por la paja recién cortada. Su vestido de flores, su mirada incorruptible, y sus brazos morenos del trabajo en el campo.

Esta pieza fue publicada en la revista Mugre en la edición de Diciembre, 2020.